"Esa ingente soledad y sus terrores"



(escrito el año 1993)

Tristeza sumergida en un mar de confusión, sentimientos contrariados en la lucha por el destino incierto de mi angustiosa y pesada vida. Soledad interrumpida por breves momentos de limitada felicidad, con defectos y virtudes que considero a veces falsos, otras veces terribles como una tormenta eléctrica de ingentes y cargados rayos, repletos de dulces palabras pero a su vez de odiosas tentaciones en las que no se si dejarme caer o no. Esa soledad me acompaña día a día de mi crecimiento como persona, o mejor, como individuo, un crecimiento hecho a veces de dolor y otras veces de terror, lagrimas y muy poca felicidad.

Odiosa es mi persona al no saber apreciar lo bueno que a veces me ofrece la vida, no puedo permitirme el lujo de abandonarme a las pasiones humanas que tanto anhelan algunos, y reconozco tenerlas a mi alcance en contadas ocasiones, contadísimas. Siento terror, un miedo enorme al dolor de mi ya atormentada mente, no quiero sufrir más esa lucha continua e inacabable de amor, dolor, celos y pasión por alguien que al fin y al cabo no soy yo. Es un ser extraño e insoluble, a su vez es esa persona tan perfecta, tan considerablemente humana y bondadosa que me aterroriza su presencia a mi lado, creo que no puedo ni podré nunca estar a su altura.

Nunca escaparé de mis antiguos recelos y odios que tan marcadamente han evolucionado con mi persona, y gracias a los cuales ni vivo y a veces ni dejo vivir. Siento un miedo incontrolado por el ser, por el hombre, por el igual, miedo a su recelo, a su decepción a sus reproches, a sus celos, a su amor. Odio a mis semejantes, a los que intentan acercarse demasiado a mi interior, les odio, les temo, no puedo permitírmelo, el daño en mi interior es tan profundo que no encuentro palabras para describirlo. No soporto la idea de alguien encarecidamente preocupado por mi, de alguien enamorado de mi ser, pendiente de mis penas y alegrías, temo todos esos sentimientos, los odio porque me aterrorizan ¡no sabes de que manera! 

Esa libertad inusual de correr por el mundo sin ataduras; las que hubiese querido tener no he tenido, y las que no quiero surgen solas, sin buscarlas, sin saber si podré responder a ellas o no.

Me atormenta el ser humano por su complicada existencia, por su temor a esa soledad que yo tanto amo, por sus ganas de sentir, de amar, le temo por todas esas sensaciones que "yo no puedo permitirme el lujo de sentir". 



"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"

 Helga F Moreno