"Nadie te escucha, nadie te ve, nadie te ayuda"




                                     
Sigue todo igual, no cambia nada de nada. Con miedo a decir lo que sientes, lo que opinas, lo que piensas por miedo a que te ridiculicen, por miedo a que se rían, a que le resten importancia a tus fantasmas que tanto te persiguen día a día. Cada segundo de tu pensamiento, en cada esquina, en cada situación aparece alguno y te asusta una vez más. Siempre vivo alerta, como un perro asustado, con una oreja y un ojo expectantes, por si acaso, por si vuelve a aparecer cuando menos te lo esperas. Hay que ser precavido, esperarlo agazapado y aunque pienses a veces que, por no mirarlo o por ignorarlo desaparecerá o no vendrá, te equivocas, siempre te encuentra, a mí me encuentra. 
 
Vivir bajo esta presión y este estrés se me hace una carga muy difícil de llevar. Ni durmiendo descanso, recuerdo cada uno de mis sueños. Me gustaría dormirme sin más, sin recordar ninguno de los sitios que voy o visito, ninguna de las situaciones en las que me veo envuelta en mi mundo onírico, pero no, los recuerdo todos y cada uno de ellos, con lo que, ni por la noche, dejo descansar mi mente. 
 
Veo la ignorancia de las personas, su desconocimiento sobre el tema, su hipocresía a veces involuntaria sobre los casos mediáticos de ese tema. Sí, mucha pena los primeros cinco minutos que sale la noticia pero después ya se olvidan y así queda, en la nada, en uno de esos tantos sucesos que llenan nuestros telediarios. Me da rabia no poder hacer nada para convencerles, para enseñarles que no está tan fuera de su alcance como creen el evitar alimentar esta lacra, el reconocer a esta clase de pederastas-pedófilos que nos rodean y ni sabemos que están porque nadie sabe como desenmascararlos.

Y si los ves no puedes a veces hacer ningún tipo de acusación, no puedes comentarlo ya que es un tema tabú social y culturalmente hablando. Te tachan de paranoica o malpensada. Creo que piensan que si no lo miras,   no te ve, si no lo ves, no existe y así no pasa nunca nada y todos felices.
Me pregunto cuántos niños viven en este infierno actualmente, cuántos adultos como yo seguimos viviendo el infierno de las secuelas todos y cada uno de los días de nuestra vida. Nadie te escucha, nadie te ve, nadie te ayuda. Nadie.
 

"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"

 Helga F Moreno