"Reflexiones desde el útero"



                                                             
Lo que voy a publicar, lo escribí en mayo de 1995 cuando no tenía ni idea, al menos de manera consciente, de lo que me había pasado. Tenía imágenes de los abusos sexuales que había sufrido en mi cabeza, como si de escenas de una película se tratara, estaban ahí, pero no los relacionaba con mi presente en ningún momento, a pesar de que las secuelas y las consecuencias de los mismos dominaban mi vida. Ahora me doy cuenta que era mi interior el que hablaba, el que se planteaba si valía la pena haber nacido o no. Eterna e interna discusión en la que me debatí, incesantemente, durante muchos años de mi vida.

 
A FAVOR 
 
Quiero vivir, no deseo morir, deseo sentir, odiar, querer, amar, maltratar, blasfemar, reír, insultar, engañar, condiciones humanas retractoras de nuestro carácter. Quiero ser egoísta y generosa, amable y soez, comprensiva e intolerante.

Quiero disfrutar de la vida otorgada desde mi concepción, mi próxima vida, mi alternativa de futuro. 

Mi lucha por la subsistencia es constante, es interminable, crece día a día, a medida que yo voy creciendo y desarrollándome como ser humano o como monstruo, quizás como víctima de un mundo carcelero y cruel que nos trata despóticamente, o dejamos que nos trate, sin darnos cuenta. Caemos en su red, como el mero confiado en la caña del pescador. 

¿Porqué mi vida es menos digna de ser vivida que la de otro?
¿Porqué no debería oler las rosas, la primavera, la tierra mojada tras la lluvia? ¿Porqué no observar el amanecer, la puesta de sol, el arco iris tras un cristal? ¿Porqué? ¿Acaso no merezco una oportunidad? 

Deseo formar parte del mundo, ser su cómplice, su redentora, su confidente, su enemiga, su reo o su verdugo, quiero sentirme parte de él para lo bueno y para lo malo.


EN CONTRA 

No te esfuerces amiga, no vale la pena. Tus ansias por vivir son admirables, corazonadoras. Entras a formar parte del gran juego del ridículo más grande jamas acontecido. El ridículo a la vida. Yo la desprecio, la menosprecio. No es para menos. ¿Qué puedo esperar que ya no sepa? ¿Qué otra opción me queda?
¿Qué puedo elegir aparte de mi sufrimiento y el de los demás? Prefiero un dolor intenso y breve en el útero de mi progenitora que agonizar decenas de años, aburrida, reprimida, impotente, torturada y miedosa. 
 
¿Pero qué crees que hay ahí fuera? ¡NO HAY NADA!
 
La nada te espera, el vacío, la soledad compartida por miles de seres a tu alrededor. Los ves, los oyes, pero no les sientes, ni ellos te sienten a ti.
Te esforzaras por hacerte oír y nada recibirás a cambio, te destruirán despacio, sutilmente, sonriéndote y a la vez hiriéndote ¿Es eso lo que buscas?¿Buscas acaso un auto-castigo? ¡Ni lo intentes, olvídate!. Acaba cuanto antes y muere dignamente, ahora que puedes. 
 
No luches por sobrevivir, no acapares tu tiempo con sueños blancos que nunca realizarás porque quizás algún monstruo te los arrebate, no te permita llevarlos a cabo y hunda parte de tu vida en la oscuridad. ¡Escúchame! Huye de ellos, huye de la vida, no merece la pena tanta agonía. ¿Sabes seguro tu destino? No tientes la suerte y haz una retirada digna, tu falta en el mundo sera pequeña. Caerás en el olvido, pero permanecerás puro en la mente de tus conceptores, sin maldad, inocente.
 
¿Vale la pena arriesgarse a vivir en un eterno infierno porque nadie va a protegerte? Sinceramente, no lo sé.

 
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"

 Helga F Moreno