"Afrontar los abusos sexuales en la infancia"

                                               
A veces pienso que no tengo nada más que decir respecto a los abusos sexuales en la infancia; siento que todo cae en saco vacío para los que no lo han sufrido. Otras veces, las ganas de gritar a los cuatro vientos que existimos, que estamos aquí, que nos merecemos las oportunidades de ser felices que la vida nos brinde, se hacen irrefrenables, y a su vez llenas de impotencia porque no sabes bien a ciencia cierta a quien dirigirte, cómo ni dónde. Por desgracia, escucho todos los días infinidad de comentarios o reflexiones hasta el punto de poder hacer un betseller con ellas.

Hay quien dice que los abusos son un tema tabú y no sé si esta definición les hace justicia. Simplemente parece un "si no miro no lo veo", si no lo veo, no existe".
 
Llega un momento en que parece que te rindes, que deja de importarte todo, que quieres olvidar pero sin poder. Esto nos acompaña y acompañará en nuestro proceso de crecimiento como personas; aprendes a convivir con las secuelas, en la medida que puedes, intentando centrarte en ti, en cuidarte tú, no gastando energías en "los o lo" que nos causaron tanto dolor. Pero está claro que no es únicamente que parezca misión imposible, sino simplemente es una cuestión de supervivencia. Es una guerra entre los abusos sexuales que sufrimos y tu mismo, o ellos o yo.  Aquí radica la pequeña batalla que libramos todos los que hemos pasado por esta deleznable y terrible experiencia, cada día, durante muchos años, durante toda la  vida.

Alternas temporadas en que lo dejas más apartado de tu tú mente porque has conseguido un poco de paz y quieres disfrutarla con otras en las que por diversos motivos revives más intensamente las consecuencias y los hechos acontecidos. Es como un partido de tenis, pelotas fuera, pelotas dentro. El diálogo interior contigo mismo es necesario, ver la verdad que guardas celosamente aunque duela y haga daño, no hay esconderla. Si sientes rencor por esas personas que te lastimaron el alma, es mejor reconocerlo y afrontarlo, son los primeros pasos para intentar canalizar todo este dolor. Sobrevivir un día tras otro, luchar y también llorar cuando sea necesario, cuando lo necesitemos, cuando no podamos más y sobretodo, no sentirnos nunca mal por ello porqué habrá días de todo, pues esta guerra es infinita en nuestras almas, dura y difícil de soportar.
 
Aprender a valorar todos aquellos aspectos  en los que te has hecho fuerte y aplaudirte a ti mismo por tanto conseguido. 

En definitiva, el conocimiento y aceptación de uno mismo son fundamentales y nos ayudarán a conocer las estrategias del enemigo y así, por fin, poder luchar en igualdad de condiciones.


 
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"

 Helga F Moreno