Madre no hay más que una,
yo en mi caso, tuve dos.
No tengo claro si me quisisteis, alguna vez o no.
Quisiera pensar que si y no sentir dolor.
Una sorpresa fui para las dos,
para la una por muy joven,
para la otra por muy mayor.
Las dos me queríais,
no os quito la razón,
pero por vuestra cabezonería,
la peor parada fui yo.
Dando vueltas de una a otra,
los primeros años pasé,
y como en una batalla griega,
con el más fuerte me quedé.
No me faltó de nada,
juguetes,vida escolar,
pero no tenía a mis padres,
de los que siempre oía hablar mal.
Así mi infancia pasó,
como una maleta guardada,
en la consigna de la estación.
Preguntó el juez una vez,
¿con esta niña que pasó?
pues nadie la reclama,
así quedó la situación.
Poco trato tuvimos,
el único ya de mayor,
cuando mil kilómetros viajaba,
para intentar recuperar tu amor.
Poco caso tu me hacías,
cuando llegaba con mi ilusión,
el poco roce que tuvimos,
aquí se destapó.
Y en casa, mi abuela,
a su manera me cuidó,
pero siempre bajo la sombra,
de lo que fuisteis vosotros dos.
Pasaron los abusos,
aún todo más cambió,
y el rechazo de mi familia
como una losa cayó.
Ahora la madre soy yo,
y ya no estáis ninguna de las dos,
¡pero no sabéis cuan feliz sería,
si por un solo segundo,
pudiera sentir vuestro amor!.
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F. Moreno