La disociación es un estado en el que una persona se separa de la realidad.
La persona con un trastorno de identidad disociativo es incapaz de recordad información personal importante debido a que se trata de acontecimientos que han ocurrido cuando otra de las identidades tenía el control.
No confundirlo con MEMORIAS TRAUMATICAS, que son las partes de episodios vividos que la mente no consigue recordar pero sin llegar a perder la identidad personal.
Es un trastorno que aparece en la infancia, aunque persiste durante la edad adulta.
El trastorno de identidad disociativa es un mecanismo de defensa para poder sobrellevar el dolor y el miedo provocado por un abuso repetido durante la infancia, casi siempre en forma de abuso sexual, perpetrado por uno los padres u otro miembro de la familia, que se encarga también de atender y cuidar al niño.
El trastorno en más grave en aquellos niños cuyo padre o madre (u otro miembro de la familia), además de abusar sexualmente de ellos, es capaz de ofrecerles amor y protección simultáneamente. de manera que el niño se encuentra en una situación totalmente impredecible de expresión de amor alternando con abuso sexual y, posiblemente, otros tipos de maltrato.
Cuando este estado resulta abrumador, se alzan las defensas psíquicas en forma de disociación.
No todas las personas son capaces de disociar, pero aquellas que nacen con un capacidad innata para hacerlo, suelen responder de este modo ante el abuso continuado, como un modo de escapar de él.
La persona capaz de disociar suele ser artísticamente creativa y con una capacidad alta para ser hipnotizada.
Han de darse las siguientes características:
-Que la víctima tenga una predisposición psicobiológica para disociar como mecanismo de defensa.
-Que suceda un acontecimiento traumático que desencadene la disociación.
-Que sucedan traumas repetidos que encadenen las diversas disociaciones en una nueva identidad.
No todas las personas que han tenido un episodio disociativo como respuesta a un trauma desarrollan un trastorno de identidad disociativo. Para ello es necesario que el trauma sea repetido a lo largo del tiempo.
Es entonces cuando el niño separa determinadas emociones, conductas o pensamientos de su conciencia. y estos empiezan a unirse entre sí mediante un tema afectivo común.
Por ejemplo, las emociones y pensamientos de ira se separan de la conciencia y se asocian entre sí para formar una personalidad altamente agresiva y despreciativa.
Conforme pasa el tiempo y el abuso continua, esta personalidad agresiva va teniendo su propia historia, formada por patrones de respuesta relacionados con la ira y la agresividad.
De este modo, la personalidad queda dividida.
La persona puede sospechar la existencia de otras partes de sí misma, aunque no sea del todo consciente del alcance de su comportamiento inconsistente debido a la barrera de la amnesia.
Estadísticas en personas con trastorno de identidad disociativo:
-El 97% ha sido víctima de abuso en la infancia.
-Más del 80% ha sido víctima de abuso sexual en la infancia.
-Alrededor del 40 % han sido víctimas de abuso sexual por su parte de sus padres varones.
-Alrededor de 23% han sido víctimas de abuso sexual por parte de sus madres.
-El 17% de los casos el abuso ha sido cometido por un hermano y en el 2% por una hermana.
-El 15% ha sido abusado sexualmente tanto por su padre como por su madre.
Fuente: http://www.cepvi.com/articulos/personalidad_disociada.shtml
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno