Las terapias son caras y en muchas ocasiones no funcionan como deberían. No hay suficientes profesionales especializados en estos temas. Es fácil decirle a alguien que vaya a terapia, pero si no tienes una situación holgada económicamente, es complicado.
Algunas asociaciones también suponen a las víctimas de abusos sexuales en la infancia un gasto económico considerable, y los grupos de apoyo mutuo no están bien organizados en algunas de estas. Llevo años moviéndome en varias y el resultado no me ha sido favorable. Las personas moderadoras no han sabido hacer bien su trabajo y lo único que conseguían era el efecto contrario tanto en mí como en mis compañeros que se quejaban de lo mismo. ¿Mala suerte o mala especialización del profesional? En cuanto a los psicólogos no son tema aparte, para mi la mayoría de ellos forman parte de esta misma inutilidad y poca profesionalidad que muchas asociaciones. Son caros, o ineptos o carentes de toda empatía y profesionalidad para tratar este tema, al menos con los que yo he tenido la desgracia de toparme y con los que se han topado demasiadas personas que he ido conociendo, también supervivientes de abusos sexuales en la infancia.
Ante todo este cúmulo de encuentros con malos profesionales y desesperación, no te queda otra opción que hacer de tu reconstrucción una tarea propia, de auto-ayuda, de autoanálisis interno y profundo. Cuando reconoces que tus circunstancias, pensamientos, sentimientos, emociones, traumas, derivan en su mayor contexto de los abusos sexuales que sufriste, es un gran paso. Uno de los más importantes que puedas dar. Es entonces cuando empiezas a ver el sentido a aquello sobre lo que no tenías respuesta, ¿porqué me comporto así?, ¿porqué me siento así? En realidad los abusos sexuales que has sufrido, todas esas diversas secuelas que te han dejado, te han convertido, moldeado en una persona diferente, con otra visión de la vida y de los acontecimientos.
Sí, la vida te la condiciona, es verdad, pero depende un poco de uno mismo aplicar para bien lo adquirido, trabajar en ello y con ello. No deja de ser difícil y yo cada día sigo haciéndolo, hay veces que lo consigo, otras no tanto. Como siempre digo "los abusos sexuales no se superan, se aprende a vivir con ellos". Mi vida ha sido una consecuencia encadenada de las secuelas de esos abusos sexuales que sufrí, me guste o no. O aprendes a vivir con ellas o te vencen en la batalla, y eso hay que evitar por todos los medios que suceda. No quiero que ganen ellos. Ya han condicionado demasiado mi vida, ya han condicionado demasiado nuestras vidas.
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno