Soy gilipollas e idiota, me siento como si fuera imbécil. Después algunas personas que no han pasado por abusos sexuales en su infancia minimizan, ridiculizan las secuelas que nos quedan a las víctimas. No tienen ni idea de lo que conlleva que te hayan robado la infancia de una manera tan vil.
Me he visto envuelta en una situación en la que he metido la pata diciendo una verdad incómoda. Una situación en la que he pedido disculpas sin tener que hacerlo y encima no las quieren aceptar. Una situación por la que me siento fatal, en deuda con esa persona que realmente ni se lo merece, hasta el punto de humillarme y arrastrarme para conseguir su beneplácito y su absolución. Hay que ser tonta para vivir con el corazón oprimido y angustiado por esto. Pues sí, así soy yo. Así de simple y así de absurdo.
Es la misma sensación, la misma exactamente que cuando me ignoraban en mi primer colegio y mis compañeras me humillaban y pegaban en clase, cuando sufría los abusos sexuales siendo niña. La misma sensación que cuando mi propia familia me despreciaba, me decían que era una puta y una inútil. La misma sensación que cuando me llamaban basura en otro colegio al que fui y nadie se daba cuenta y yo era, de nuevo, completamente invisible. La misma sensación de buscar el agrado y la atención de todos mis compañeros y no saber que hacer para conseguirlo hasta el punto de llegar a rebajarme lo indecible con ellos para mitigar esa sensación. La misma sensación de impotencia al ver que no conseguía nada y seguía metida en esa guerra de todos contra mi persona.
La diferencia es que estos hechos ocurrieron cuando era niña, cuando era adolescente. Ahora han ocurrido en mi vida adulta, después de haber pasado por mil y una batallas, por millones de situaciones limite, por cientos de historias oscuras de las cuales he salido con mucho esfuerzo para poder llevar una vida feliz y tranquila como la que llevo. Me veo metida en este cúmulo de sensaciones de nuevo, que me reportan a mi infancia, a mi adolescencia a mi asqueroso pasado por una ridícula situación sin mayor importancia con una persona que por su comportamiento no merece ni un solo minuto de mi pesar. ¿Qué me pasa entonces?, ¿porqué no puedo enfrentarme aún a estas situaciones a pesar de han pasado más de dos décadas ya?
Me siento idiota por no saber confrontar estas situaciones, por seguir sin tener el valor de encararme a algunas personas con firmeza y decisión más cuando he dicho la verdad, mas cuando tengo razones mas que suficientes para emitir ese juicio. Los abusos sexuales que sufrí en mi infancia siguen convirtiéndome en algunas ocasiones de mi presente en aquella niña indefensa, aquella niña desprotegida que buscaba la aprobación de todos los que tenía a su alrededor a pesar de que la pisotearan y humillen sin compasión. ¿Porqué?
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno