Los monstruos existen. Los monstruos acechan agazapados. Son monstruos de carne y hueso. Después vienen el resto de monstruos, monstruos emocionales, personales, psicológicos que nos asustan, intimidan y condicionan nuestras vidas.
Este monstruo en concreto, Jimmy Savile, gozó de total impunidad durante toda su vida. Como hacen otros muchos. Conocidos, anónimos, ¡que más da! Son monstruos igual. ¿Cómo es posible? Esa es la pregunta que ahora se hacen muchas personas, que se hace la sociedad. Pues si, es posible. No solo posible, es real como la vida misma. Como la mierda de vida a la que ha condenado a todas sus víctimas.
Enmascarado en su mediatismo, su popularidad, cubiertas bien sus espaldas ha satisfecho y dado rienda suelta a su sadismo y perversiones sin preocupación alguna de que se descubriera su reinado de sombras. Las víctimas que se atrevieron a denunciarlo, a desenmascararlo, cayeron en la ignorancia de la sociedad, en la burla grotesca de unos hechos macabros de los que este individuo en cuestión seguía disfrutando vilmente. Ni caso les hicieron. ¿De qué nos extrañamos? No debería sorprendernos, siempre es la misma dinámica. Siempre.
A mi personalmente no me extraña. Me parece que esta es una reacción a nivel social equiparable cien por cien a la típica reacción a nivel familiar cuando el abusador esta dentro de una familia. Tampoco te creen. ¿Cómo el mundo, cómo una sociedad va a creer que una persona conocida en los medios, popular, está cometiendo algo tan monstruoso cuando no lo hace ni tu propio núcleo familiar cuando eres víctima de abusos? Por eso digo, que a mi, personalmente y por desgracia, no me extraña en absoluto.
El día en que una víctima de abusos sea escuchada, no sea ridiculizada, no sea apartada o silenciada, ese día, estaremos dando un gran paso para la humanidad.
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno