Bulimia, anorexia, un número muy alto de trastornos alimentarios son una secuela de abusos sexuales en la infancia. Secuela de autodestrucción, de auto-castigo.
Yo he pasado tantos y tantos años en su compañía que a veces me daba la sensación que nunca podría dejarlas de lado. Me costó muchos años abandonarlas, dejarlas de lado, deshacerme de ellas, darles el adiós definitivo. Pero lo conseguí. Me pregunto, al escuchar estas palabras: "el alcohólico tiene que llevar siempre unas gafas, que consisten en no beber alcohol o "el fumador que se retira del tabaco siempre sera fumador, si con la anorexia y la bulimia también sera lo mismo".
Supongo que sí, que es factible aplicarlo también a este tipo de trastorno en la conducta alimentaria. Entonces, ¿siempre seré anoréxica y/o bulímica?
Si que es verdad que hay veces que, por alguna situación concreta en la que te sientes vulnerable, comes más de la cuenta y no sabes si es porque realmente tienes hambre o porque te apetece un trozo de chocolate o un plato más de espaguetis. Piensas lo fácil que seria ir al baño y vomitarlo. Es verdad. Pero no lo hago, no me da la gana. No quiero perder esta batalla, porque sé que una recaída puede suponer una vuelta atrás y no quiero llegar otra vez a esa dinámica. No quiero. Después de lo que me ha costado llegar hasta aquí, no quiero tirar por la borda todo mi esfuerzo. No quiero que me domine otra vez la comida, la ansiedad, no quiero darle poder de nuevo. No quiero destruirme ni castigarme más por unos abusos sexuales de los que no soy culpable.
NO QUIERO.
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno