No me creo ya nada de los psicólogos, nada de nada. He tenido una muy mala experiencia con todos los que he tratado; la verdad es que ninguno supo nunca como ayudarme.
A menudo me planteo porqué nadie puede entender o dejar de ridiculizar mis temores y angustias para mí tan aterradoras. Solo he encontrado algo de apoyo en personas que han sufrido también abusos sexuales en su infancia, y tampoco en todas ellas. Supongo que cada uno lo vive y lo somatiza de una manera distinta y está en una fase de su propio proceso de asimilación y reconstrucción diferente. Y eso marca diferencias a veces abismales entre un superviviente y otro. No son una ciencia exacta las secuelas por haber sufrido Abusos Sexuales en la Infancia.
Me angustia pensar que nunca podré librarme de este malestar y condición vital que ha condicionado mi vida y lo sigue haciendo, y por lo que veo, así seguirá hasta que envejezca y muera. Me angustia esa idea solo de pensarlo, de sentirme tan sola con todo este pesar, que no veas una mano amiga que pueda rescatarte de este infierno mental en el que me veo prisionera desde hace tantos años. Determinadas situaciones, me superan, determinadas imágenes, determinados comentarios. Es horrible, una sensación que no deseo a nadie, bueno sí, se la deseo a los abusadores, y acrecentado, para que puedan, remotamente, saber el dolor que sufrimos sus victimas.
A veces pienso que es una causa perdida, y que como las consecuencias de los abusos no requieren aún de mucha inversión económica por parte de los estados como pueda serlo, por ejemplo, el tabaco, los accidentes de automóvil, el alcohol, hasta que los abusos sexuales en la infancia no supongan un gasto al estado digno de replantear, nadie va a mover un dedo por evitarlos. En fin, hay días que me gustaría que me hicieran una pequeña lobotomía para sacar esta parte de mi vida que tanto odio y tanto dolor me proporciona.
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno