Los abusos sexuales en la infancia repercuten
 en toda tu existencia, tu niñez se ve mermada, robada y tu vida condicionada. Las secuelas que te dejan son enormes y no perecederas muchas 
de ellas. Las mismas que pueden llevarte después a sufrir bullying en el 
colegio,  intentos de suicidio, adicciones, prosmiscuidad o apatía sexual; trastornos 
alimentarios, parejas o amistades peligrosas, etc, etc y como no, un estrés postraumático por todo ello con el que vas a tener que lidiar y aprender a vivir toda tu vida. 
Lo triste es que años después, 
cuando tienes la entereza, el valor, el coraje de enfrentarte exponiendo al agresor, enfrentándote a la sociedad incluso a tí misma rompiendo ese eterno silencio, te encuentras igual de 
sola como lo has estado siempre. Ni hay empatía, ni comprensión, 
ni ayuda para recuperar tu vida, no hay nada, absolutamente nada, solo el silenciamiento y la invisibilidad, la eterna invisibilidad social.
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno
