Cada día vemos como existe una mayor concienciación cuando nos informan del
número de asesinatos de mujeres, a la par que se organizan concentraciones en repulsa
por dichos actos. Día tras día los telediarios o noticias en internet
no dejan de hablar sobre nuevos actos de violencia hacia la mujer y de ese también movimiento de feministas que se plantan y dicen luchar contra la
barbarie machista. Sin embargo, las horribles cifras de Abusos Sexuales en la Infancia no
movilizan ni conmueven de igual manera, nunca lo han hecho, como si la niña en este caso, esa que un día
será mujer, no tuviera el mismo valor.
Si atendemos un poco a los datos estadísticos, a la psicología de la mujer maltratada, a su indefensión aprendida, comprobaríamos que muchas de esas mismas niñas ahora abusadas, maltratadas y olvidadas, serán las mujeres por las que posiblemente un día se planten políticos, movimientos feministas de turno y ciudadanos en la plaza del ayuntamiento, en esos minutos de silencio por su asesinato. La violencia y abusos sexuales a menores parece reabrir tabús ancestrales en la sociedad, como si todos y cada uno de nosotros encerrara un trauma que ocultar y callar. Avergüenza y estigmatiza si nos toca y si no, también.
Educación para la prevención, educación para la prevención, educación para la prevención… no nos cansaremos de repetirlo. Hay que dejar de fabricar víctimas para los asesinos, e incluso deberíamos decir que hay que dejar de fabricar posibles asesinos para esas víctimas con más educación para la prevención, educación para la prevención, educación para la prevención.
Pongan de una vez su esfuerzo en dejar de fabricar víctimas... y víctimarios.
Imagen: Pixabay
"CADA ABUSO QUE EVITAMOS, SON MUCHAS VIDAS QUE SALVAMOS"
Helga F Moreno